domingo, 6 de diciembre de 2015

Una propuesta didáctica basada en la construcción de ambientes de aprendizaje

Clasificación de los ambientes
    “Podríamos clasificar los ambientes en función de su origen, en función de su movilidad, y en función de la participación” (Blández, 1995, 59).

Lo atractivo de los ambientes
    Como indica Blández (1995, 64) “un ambiente ha de invitar por sí solo a ser utilizado. Hay que intentar atraer la atención, remover la curiosidad, crear interés, estimular la participación e incitar a la actividad. No animamos a través de la palabra, sino a través del sentido de la vista y de la propia acción”.
    En muchas ocasiones el éxito de una sesión se encuentra en la forma en que presentamos los ambientes.
    Hay que intentar que todos los ambientes sean igualmente atractivos, de lo contrario, si alguno es más interesante que los demás, la mayor parte del grupo querrá utilizarlo, produciéndose entonces aglomeraciones o incluso conflictos.
    Lo atractivo de un ambiente puede conseguirse por varios cauces:

Los colores
    Siempre han tenido un significado muy especial en el mundo infantil. García- Bermejo (1978, 80) “el color es la verdadera vida del espectáculo del mundo, del niño; lo es el color y no la forma, insistimos. El color es la jerarquía, el orden, la relación (entre el niño y las cosas o las cosas entre sí). Se eligen las cosas por su color”.
    Es importante aprovechar esta variable, y jugar con ella plásticamente en la presentación de los ambientes.

La complejidad
    La complejidad en una tarea motriz depende de la capacidad de cada persona sobre los mecanismos que se requieren para su ejecución.
    Según el análisis de Sánchez Bañuelos (1986, 96), “se podría hablar de tres tipos de tareas, según el mecanismo que predomina para ser resuelta (mecanismo perceptivo, mecanismo de decisión y mecanismo de acción)”
    Siguiendo esta clasificación, podemos observar que cada uno de los bloques temáticos puede dar lugar a determinadas tareas que requieren fundamentalmente alguno de estos tres mecanismos.
    Buscar el nivel justo de dificultad en cada uno de los ambientes es un poco complejo. Sin embargo, este aspecto es importante ya que un ambiente demasiado sencillo, o por el contrario, demasiado difícil puede perder su atractivo o su interés. Lo idóneo es que el ambiente pueda ser ejecutado con cierta dificultad, para estimular su práctica, hasta lograr conseguirlo con éxito.

La novedad
    Los ambientes nuevos atraen mucho más la atención y el interés que los que ya se conocen y se han experimentado.
    “Cuando el grupo llega a clase están deseando asomarse por la puerta para ver lo que se les presenta. Y cuando ven que se trata de una sesión con ambientes nuevos, las exclamaciones de sorpresa, sus caras sonrientes y sus comentarios son el principio de una gran aventura” (Blández, 1995, 66).
    Por lo tanto otra de las estrategias para mantener el nivel de motivaciones presentar cada cierto tiempo ambientes nuevos.

La variedad

    Presentar ambientes variados, sobre un mismo bloque temático o sobre varios, significa ampliar la oferta, y por tanto, brindar la oportunidad de escoger lo que más le guste o cambiar en cualquier momento según sus intereses.

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